El 2 de agosto fue la apertura oficial de Muchas Gracias Tattoo Studio, un nuevo punto de encuentro para la piel, el arte y la calle. El espacio, comandado por El Excéntrico Gabriel Verano y Guadalupe, se levantó como un pequeño templo para los que entienden que tatuarse no es moda: es identidad.
Desde que llegamos, el lugar se sentía distinto. El edificio entero respira arte: paredes cubiertas de color, trazos vivos, fragmentos de historias. Afuera el calor del día, adentro una corriente eléctrica de risas, tinta y música. La vibra fue inmediata —amable, alegre, cercana— como si todos ya se conocieran de antes.
Primero me tocó poner la música: una selección de beats oscuros, densos, de esos que te hacen mover sin darte cuenta. Después Fea Mugrosa tomó el control y subió la energía con su estilo inconfundible. Entre los bajos, las risas y los tragos, el ambiente se volvió una mezcla perfecta entre arte, ruido y amistad.
Ya entrada la noche, Gabriel compartió su historia: su camino hacia el tatuaje, los tropiezos, la obsesión con las líneas y el respeto casi sagrado hacia la herramienta que lo acompaña —la máquina de tatuar, esa extensión del cuerpo que define la precisión, la intención y la voz de cada artista.
Porque más allá del diseño, está el pulso. Y para un tatuador, elegir una buena máquina es como elegir su destino.
La velada cerró con el ruido de las agujas apagándose y las últimas conversaciones flotando en el aire.
“Muchas Gracias Tattoo” ya no es solo un estudio: es una casa nueva para la tinta panameña.
Para más información contacta a https://www.instagram.com/gabriel.verano/






























